Cuando recibimos el encargo para realizar la decoración floral del evento en el que Alejandro Roemmers iba a ser nombrado Huésped Distinguido por la Universidad Pontificia de Salamanca queremos transmitir una imagen de naturalidad, frescura… con un guiño hacia el Vaticano, teniendo en cuenta todo lo que rodea al evento.
Una vez que nos centramos en el estudio del lugar de la celebración, con unas vistas espectaculares, y una serie de estancias llenas de historia y sobriedad, decidimos dar ‘golpes visuales’ para captar la atención del montaje floral y ensalzar aquellos detalles dignos de elogio o grandes obras de arte.
En definitiva, optamos por crear grupos de árboles frutales, recubiertos con césped natural, y como en la poesía (nos empapamos de parte de la obra de Roemmers) nada es lo que parece. Así que decidimos colorar limones en los perales y de paso hacer alusión a los colores que simbolizan al Vaticano: blanco y amarillo.
Este montaje grupal, natural y a la vez impactante por estar ubicado en un entorno rodeado de piedra, pero con unas vistas espectaculares hacia las catedrales, generaba un encanto especial en la sala. Además, complementamos la decoración con las mesas, con otra alusión al Vaticano, en este caso con esferas de rosas blancas con una blonda de hiedra y un toque de solidago amarillo, que a la vez nos sirvió como unión cromática a todo el entorno. En cuanto al café del refractario, generamos un jardín con plantas de gran porte, así como arreglos de verdes variados.
Para la entrada al Aula Magna de la Universidad Pontificia, unimos a la sobriedad del lugar una decoración muy sencilla, con dos árboles esféricos de rosa blanca e hiedra, mientras que para el vino de honor optamos por arreglos de hortensia simulando los colores y las flores que simbolizan a la UPSA, con bases de cristal de bohemia totalmente transparentes para generar junto al agua sensaciones de frescor y color a la sala en la que se celebró el evento.
Fotos: José Manuel García