Ya se trate de rosas rojas para el día de San Valentín o un ramo de flores recién elaborado, cuando una novia camina por el pasillo hacia el altar, las flores están inextricablemente vinculadas con las relaciones personales y sentimentales, desde el principio al fin de nuestro días.
Pero, ¿puede la mera presencia de las flores tener una influencia tan importante como la que afecta a la perspectiva de una cita? Al parecer, sí puede, si vamos a los resultados de los experimentos realizados por el Dr. Nicolas Guéguen en la Universidad del Sur de Bretaña.
En el primer experimento, Guéguen escoge participantes al azar del sexo femenino para ver un vídeo de un hombre que habla de comida. Mientras las participantes se sentaban en un espacio decorado con tres floreros llenos de flores (rosas, caléndulas, y margaritas), otras se sentaban en un espacio decorado con floreros vacíos. Las mujeres que se sentaron en el espacio con flores catalogaron al hombre del vídeo como sexy y más atractivo -y tenían predisposición a compartir algo más que mesa y mantel-.
Después Guéguen evaluó si las flores tendrían el mismo efecto cuando un hombre de carne y hueso estaba ‘in situ’. Estableció un experimento implicando a 100 féminas y un hombre para juzgar su atractivo. Cada una de estas jóvenes fue conducida a un espacio donde el hombre esperaba. El investigador dio la bienvenida a todos como parte del estudio, aunque -era desconocido para las mujeres la integración del hombre en el mismo experimento-. Los condujo a espacios separados, donde la mujer vio el vídeo de comida.
Una vez que la joven había visualizado el vídeo fue recogida por el investigador y conducida al espacio donde estaba el hombre. Allí comentaron el vídeo. Después de unos minutos, el investigador entró y les pidió que cumplimentasen unos cuestionarios.
Aproximadamente el 80 % de las mujeres que habían visto el vídeo en un espacio con flores le dio su número de teléfono al hombre; mientras que el del espacio que no tenía flores SÓLO el 8% dio su teléfono al desconocido.
Guéguen no se paró allí, quiso estar seguro que las flores realmente tienen un impacto tan grande sobre el resultado. Entonces, llevó a cabo otro experimento, en el que un hombre preguntó a 600 jóvenes, todas solas, en un centro comercial, su número de teléfono. El hombre pidió el teléfono a las jóvenes delante de una pizzería, de una zapateria y de una floristería. Y como pasó en el experimento anterior, dieron su número de teléfono el 11% de las peticiones ante la pizzería, el 5% ante la zapatería y el 48% ante la FLORISTERÍA. Por lo que parece testado, que las flores pueden influir en las percepciones de la mujer ante el atractivo de un hombre ya sea en un laboratorio o en un centro comercial. En cada caso, es posible que la asociación flores/sentimientos sea responsable del efecto, o, también puede ser que las flores ponen a la gente de buen humor, los hace más generosos en sus posiciones ante los otros y su comportamiento subconsciente sin cargas negativas sale a «flor» de piel, provocando un efecto «corazón abierto» y «sonrisa placentera». «No olvide que las flores» son siempre una buena baza para hombres que esperan encontrar a nuevos compañer@s y estos experimentos demuestran que pueden ser excepcionalmente eficaces.