Si queremos halagar la feminidad y porte de una mujer, lo tenemos fácil. La hortensia encarna a la perfección estos significados y ahora tenemos la oportunidad de encontrar una gran variedad de esta planta, que pertenece a la familia de las Hydrangeaceae, con origen en Extremo Oriente.
La peculiaridad de las hortensias se encuentra en sus flores, puesto que crecen en un color verde y posteriormente se transforman en flores de colores, prevaleciendo los tonos rosas, lilas y azules. Además, suelen presentarse en grupos conocidos como corimbos.
La floración de las hortensias va desde los primeros meses de la primavera hasta el inicio del otoño, momento en el que sus hojas comienzan a caerse.
Por ese periodo de floración, por sus colores, y su belleza, son plantas indicadas para esta temporada en la que nos encontramos, siendo un gran elemento decorativo de interior, en macetas, o en exterior, en jardines y jardineras.
No requieren un cuidado excesivo, pero ¡atención! con la luz. Hay que evitar que en verano les dé el sol de forma directa, si bien es recomendable durante la primavera. Así como el calor de forma directa no es aconsejable, también es importante tener en cuenta que el frío no le afecta en gran medida. Y en cuanto a la preparación de la tierra, basta con que tenga nutrientes y humedad, por lo que los riegos deben ser frecuentes.
Entre las variedades de hortensias, podemos destacar la macrofila, con flores estériles y muy llamativas, de diferentes colores, que cuando alcanzan su madurez cambian a tonos más ocres, y cuando maduran por completo se suelen utilizar como flor seca.
La variedad en color azul también ha de ser en origen azul. Si la cultivamos en tierra no ácida y sin mucha humedad no se mantendrá el color azul y cambiará a color rosa.
En Salamanca es habitual encontrarlas en color lila, aunque con diferentes tonalidades, y a veces son las hojas algo rugosas.
Menos frecuente es la hortensia en color blanco, aunque es muy ‘arisca’ con el sol, ya que suele marchitarse con rapidez.